No hay nada más tradicional en mi casa, desde que tengo uso de razón que unos Roscos de Semana Santa.
Al final se ha convertido en el dulce de referencia de casa de mi madre. Nunca faltan en las reuniones más importantes, además, es que la gente es lo que está esperando.
Siendo muy pequeño, recuerdos los días previos al Viernes de Dolores, día de festividad en mi casa, con todos los primos, las mujeres de la casa preparando, amasando y friendo los roscos.
Absolutamente todos los críos, nuestra única intención era la de meter las manos en la masa y hacer roscos, pero lo mejor era que al final nos dejaban crear unos muñecos de con ella, que se freían y nos los comíamos tan contentos (ahora que lo pienso, parecían muñecos de vudú).
Aunque la esencia es la misma, reconozco que la receta ha ido evolucionando en cuando a las cantidades para conseguir un rosco súper tierno y esponjoso, húmedo que aunque el sabor es el mismo, poco tiene que ver con aquellos rojos que se trabajan sobre la encimera de mármol de la cocina y que para evitar que se pegasen en las manos se ponía más cantidad de harina.
Pueden resultar muchos pasos, pero se hacen rápido, solo hay que tener en cuenta que hay que ir haciéndolos sobre la marcha, ayudándonos de un poco de aceite frito para engrasar nuestras manos.
Ahora que seguramente tenemos unos días de descanso y que estas fiestas son perfectas para ponernos a tope de dulces antes de acudir desesperados a la “operación bikini”, vamos a disfrutarlos en familia.
Comenzamos con nuestro ritual, delantal, música y las manos a la masa.
Ingredientes (salen unos 30 roscos):
Para los Roscos:
3 huevos tamaño L.
Ralladura de ½ naranja.
Ralladura de ½ limón.
22 gr. de Levadura (tipo Royal).
825 gr. de harina. (preparar un poco más por si fuese necesario)
250 gr. de azúcar.
210 ml. de leche entera.
210 ml. de aceite de oliva previamente frito (como en los pestiños que puedes ver aquí)
125 ml. zumo de naranja.
100 ml. de Anís dulce.
Un poco más de aceite frito para engrasarnos las manos y dar forma a los roscos.
Aceite de girasol para freír.
Para calar los roscos:
1 litro de agua.
1 limón troceado en cuartos (podemos poner el que hemos rallado para los roscos).
100 ml de anís dulce.
300 gr. de azúcar.
Para emborrizar los roscos:
Azúcar
Canela en polvo al gusto (cuidado con no pasarse)
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es el almíbar para calarlos, porque tiene que estar frío cuando lo vayamos a usar. Ponemos todos los ingredientes en un cazo y lo llevamos a hervir, cuando rompa a hervir y tengamos unas burbujas fuertes lo apartamos del fuego y lo dejamos reposar.
En mi casa lo que hacemos es poner el aceite de girasol al fuego muy muy bajito, para que vaya cogiendo temperatura y cuando nuestros masa este lista, podamos comenzar a freír casi al instante, pero ojo, muy bajito y si queréis, para poder controlarlo, ponerle la cáscara de 1 limón y así vais viendo cómo va.
Separamos las claras de las yemas y montamos estas a punto de nieve fuerte. Reservamos.
Las yemas con el azúcar las vamos a montar hasta que blanqueen y creen una crema blanca densa.
Sin dejar de mover e incorporando bien todos nuestros ingredientes, vamos añadiendo todos los líquidos que tenemos preparados, empezamos por el aceite, la leche y el zumo de naranja y el chorro de anís dulce.
Ponemos la ralladura de naranja y de limón.
Incorporamos las claras a punto de nieve que teníamos reservadas y mezclamos bien.
Por último, vamos a ir poniendo la haría con la levadura que está previamente tamizada y vamos creando muestra masa. Al principio podremos ayudarnos de una espátula o varillas, pero llegará un pinto en el que lo tendremos que amasar con las manos.
MUCHO CUIDADO, no pondremos toda la harina de golpe, iremos poco a poco, es muy importante que no nos pasemos en el punto de harina o se nos quedarán secos y duros. Como he dicho al principio, también tendremos un poco de harina reservada por si nos faltase, es muy difícil de calcular los gramos exactos en este tipo de recetas.
Nos tiene que quedar una masa consistente, que se nos despegue del recipiente en el que estamos mezclando pero, que casi casi se nos quede pegadas en las manos.
Sé que puede resultado complicado, pero es un punto muy concreto, por eso, para que no se nos peguen en las manos, a la hora de formarlos, nos engrasaremos ligeramente las manos con aceite frito que teníamos de más.
Con nuestra masa lista y el aceite a punto para freír, no tiene que estar muy fuerte para que se nos hagan bien por dentro, procedemos a darles forma y pasar a nuestro aceite.
Como he dicho al principio, los vais a ir friendo sobre la marcha, para evitar que se nos reseque la masa mientras esperamos a que se vayan haciendo.
Para darles forma, cogemos un pegotito de masa, yo la verdad es que lo hago a ojo que ya le tengo la medida tomada, pero pesan aprox. 6 gr. cada porción de masa que cojo. Hacemos una bola, estiramos a modo de churro con las palmas de las manos y los aplanamos. Pegamos los extremos bien, para darle la forma de rosco y volvemos a plegar toda nuestra circunferencia con los bordes hacia el exterior, de esta forma, crearemos ese efecto de rosco doble que tanto llama la atención.
Vamos pasando a la sartén y dejamos que se vayan formando, veremos cómo crecen, una vez que casi los tengamos por un lado, le daremos la vuelta por otro.
Truco para saber si el aceite está a la temperatura correcta, nuestro roscos quedaran doraditos, pero no con un color oscuro, por lo tanto, el primero que hagamos lo vamos a sacar, y a abrir, para comprobar que está bien cocinado por dentro. Eso nos dirá si tenemos que subir o bajar un poco la temperatura del aceite.
Los roscos, a medida que los vamos sacando los ponemos a escurrir para que puedan soltar el poco exceso de aceite que les quede.
Una vez los tengamos todos fritos, procedemos al calado, tan simple como sumergir por completo en el almíbar que teníamos cada uno de ellos durante un par de segundo y sacar, procediendo de nuevo a dejarlos escurriendo para que suelte esas gotitas de más.
Con todos ya listos y pasados por el almíbar, lo que hacemos es emborrizarlos en la mezcla de azúcar y canela que tenemos lista. Como consejo os diré que es preferible ir poniendo más cantidad a hacer una cantidad grande de golpe, ¿motivo? Este azúcar va cogiendo humedad y dejará de pegarse a nuestros roscos.
Con todo esto listo solo nos queda disfrutar de ellos, cuidado con los vecinos porque el olor es tan bueno que es muy normal que llamen a la puerta.
Bocado tradicional donde los haya, lleno de aromas y sabor, con esos ingredientes de toda la vida, jugoso y esponjoso a partes iguales. Nada que ver con esas rosquillas pasadas de harina que encontramos muchas veces.
De verdad, merece la pena hacerlos, es más tedioso de explicar y de leer que realmente ponerse a hacerlos y son tradiciones que no debemos perder, que son para disfrutar en familia y dejar que los peques se empapen de ellas, dejad que cojan un poco de masa y hagan sus propios roscos, es la única forma que tenemos de que estas costumbres no se pierdan nunca.
Mi abuela hacía estos roscos siempre por semana santa y por San Juan cuando eramos pequeños. Voy a probar tu receta mañana mismo que es sábado. Gracias por compartirla. Un saludo.
Que maravilla, poder saber que os transporta a recuerdos maravillosos. Me alegro muchísimo que te aya gustado y espero que la disfrutes tanto como yo enseñando a hacerlas. Un beso y gracias por escribir.
Hola, granadina enamorada de tus recetas por lo entrañables que son y el cariño que les pones y transmites.
Los hornazos y la torta de la Virgen ya las he hecho en varias ocasiones y han sido todo un éxito.
Pero ahora es época de roscos y voy a por ellos, haré un viaje al pasado .
Pero tengo una duda, la harina como no comentas nada imagino que será de todo uso, ¿ o sería preferible alguna especial?
Un saludo y muchísimas gracias.
Hola¡¡¡ Muchas gracias por tan bonitas palabras. En este caso es harina de uso común, harina floja jejeje. Espero que te queden muy muy bien y que ese bocado te sepa a vida. Un abrazo enorme.
7 Comentarios
Totalmente recomendable. Una maravilla de receta. Gracias por compartir.
Muchisimas gracias, cuanto me alegra que te haya gustado, de verdad.
Mi abuela hacía estos roscos siempre por semana santa y por San Juan cuando eramos pequeños. Voy a probar tu receta mañana mismo que es sábado. Gracias por compartirla. Un saludo.
Que maravilla, poder saber que os transporta a recuerdos maravillosos. Me alegro muchísimo que te aya gustado y espero que la disfrutes tanto como yo enseñando a hacerlas. Un beso y gracias por escribir.
Gracias por esta espectacular receta y por el paso a paso en las historias! Voy a ponerme manos a la masa!
Hola, granadina enamorada de tus recetas por lo entrañables que son y el cariño que les pones y transmites.
Los hornazos y la torta de la Virgen ya las he hecho en varias ocasiones y han sido todo un éxito.
Pero ahora es época de roscos y voy a por ellos, haré un viaje al pasado .
Pero tengo una duda, la harina como no comentas nada imagino que será de todo uso, ¿ o sería preferible alguna especial?
Un saludo y muchísimas gracias.
Hola¡¡¡ Muchas gracias por tan bonitas palabras. En este caso es harina de uso común, harina floja jejeje. Espero que te queden muy muy bien y que ese bocado te sepa a vida. Un abrazo enorme.